Los Gases de Efecto Invernadero (GEI) se acumulan en la atmosfera de la tierra y son capaces de absorber la radiación infrarroja del sol, sin embargo cuando estos gases se acumulan intensifican sus efectos sobre el clima. Los GEI más abundantes son, el dióxido de carbono (CO2), Metano (CH4) y óxido nitroso (N2O) estos gases han aumentado en el último siglo generando una presión para los recursos naturales. Por esta razón se tienen metas para la reducción de estos GEI, así como la implementación de medidas y prácticas para mitigar los impactos del cambio climático.